7 de febrero de 2007
Gran Hermano Ruso / Russian Big Brother
Parece que en Rusia no se están con chiquitas cuando se enfadan en un reality. Evito opinar, pero por lo menos, aburrirse, no se aburrirán.
Salu2. Alex.
It seems than in Russia they enjoy kicking asses or whatever. Anyway, have a look to this russian version of big brother and think about it...
Cheers. Alex.
6 de febrero de 2007
Fotos de Tailandia y Camboya.
He actualizado el Flickr con las fotos de Tailandia y Camboya. Faltan muchas mas, no me acaba de convencer este flickr de las narices. Si no tienes una cuenta Pro, creo que no es nada útil y tiene muchas limitaciones. Si alguien conoce algún servicio parecido al Flickr Pro, pero gratuito, que me lo diga porfavor.
En fin, si queréis echar un vistazo a algunas fotillos de Tailandia y Camboya, aquí tenéis el link:
http://www.flickr.com/photos/alexdancer/379435806
Salu2. Alex.
Hi guys, how u doing? I´ve been upgrading my flickr account with some of my Thailand and Cambodia pics. You can have a look, even if there aren´t all of them, you can have an idea of my last month in the paradise ;-D
Just click on the link below:
http://www.flickr.com/photos/alexdancer/379435806
Best Regards. Alex.
En fin, si queréis echar un vistazo a algunas fotillos de Tailandia y Camboya, aquí tenéis el link:
http://www.flickr.com/photos/alexdancer/379435806
Salu2. Alex.
Hi guys, how u doing? I´ve been upgrading my flickr account with some of my Thailand and Cambodia pics. You can have a look, even if there aren´t all of them, you can have an idea of my last month in the paradise ;-D
Just click on the link below:
http://www.flickr.com/photos/alexdancer/379435806
Best Regards. Alex.
Aventuras en Tailandia - Dia 12 -
Nos levantamos sobre las 9 mas o menos, casi todos con bastante resacón de la noche anterior.
Después del desayuno amable de los Karen, emprendimos el camino de nuevo. Hoy tocaba caminar mas. Después de 3 horas, llegamos a otro poblado Karen donde habia una escuela. Y desde donde iban y venian los niños del poblado en el que habíamos dormido la noche anterior cada dia. Es decir, cada dia caminaban casi 3 horas de ida y otras tantas de vuelta para ir a la escuela. En fin, sin palabras…
Allí unos de los coreanos del grupo (bastante excéntrico, por cierto, aunque ya lo explicaré mas adelante), regaló balones de fútbol, lápices de colores, libretas, etc.. que había comprado previamente, a los niños de ese pueblo.
Seguimos caminando un par de horas y llegamos a tierra civilizada por primera vez en dos dias. Allí fuimos a un restaurante para comer (noodels y/o arroz, como siempre).
Al acabar nos llevaron en una pick-up por un camino serpenteante hasta nuestro siguiente destino: bamboo rafting. Pues eso, rafting con barcazas de bambú. No eran mas que 5 o 6 grandes troncos de bambú, atados entre si con un barquero que a su vez también llevaba un palo de bambú a modo de remo. Fue bastante divertido, nos pusimos todos de pié y en fila en la barcaza de bambú, el guia delante, y yo detrás con otro palo remando. El rio estaba bastante tranquilo, aunque pasamos algunos rápidos. El coreano excéntrico del grupo no hacía mas que bambolear la barcaza intentando que volcara. Aunque mas de una vez estuvimos a punto, finalmente fue él el que se cayo al agua, con las pertinentes risas, ya se veia venir, la verdad…
Después de eso, nos dejaron a todos en nuestros respectivos hoteles/guest-houses. Allí, en la vuelta al hotel en la pick-up, es donde conocería a Fabian, y a Aya, que ya formaría parte importante de mi aventura australiana las dos semanas siguientes.
Nos dimos el teléfono entre todos y quedé por la noche con Fabian y con Aya (que acababa de conocer en la furgoneta), y con el resto de mi grupo al dia siguiente por la noche.
Llegué al hotel sobre las 7 de la tarde, bastante destrozado de los 2 dias de trekking, pero habíamos quedado a las 9, así que me estiré en la cama media horita, duchita rápida y para el punto de encuentro.
A las 9 me pasó a buscar Fabian (un chico alemán) por mi guesthouse, porque estaba al lado de la suya, y juntos fuimos al centro de la ciudad, donde habíamos quedado con Aya.
Llegando al destino nos encontramos con Mickael (otro aleman) amigo de Fabián. Les dijo que le había fallado una cita y que si no nos importaba que viniera con nosotros. En ese momento también llegó Aya, nos presentamos entre todos y nos fuimos a cenar.
Empezamos a dar vuelta y nos encontramos casi todo cerrado, no entendíamos porqué, hasta que caímos que se celebraba el aniversario del rei, tema sagrado en Tailandia, y casi todo estaba cerrado. En ese momento empezaron unos fuegos artificiales y miles de globos de papel (no se como denominarlos), con una vela dentro, se alzaron al unísono, dejando un espectáculo amarillo precioso en la noche tailandesa. Nosotros hicimos lo propio para cumplir con la tradición en el dia del rey, compramos uno de esos globos, escribimos nuestros nombres en el, prendimos la vela, pedimos los deseos y lo lanzamos al aire, con la esperanza de que estos se cumplieran.
Mas tarde, encontramos un restaurante de los pocos que estaban abiertos, pedimos algo de cenar y empezamos a beber. Como era el aniversario del rey, nos regalaron unas gorritas muy monas de color amarillo, de esas tipo visera con un hueco en la cabeza, así que nosotros nos las pusimos en plan raper (ladeadas o para atrás), hasta que un camarero se cabreó con nosotros diciéndonos que le estábamos faltando el respeto al rey, y nos las tuvimos que quitar. Una de las cosas que nunca debes hacer en Tailandia es faltar el respeto al rey, ya nos lo dijeron anteriormente y aquí nos dimos cuenta.
En fin, pasado este trance, continuamos bebiendo, y bebiendo, y bebiendo… Era una especie de licor de arroz, como un whisky de arroz tailandés, bebida local, barato y mas fuerte que los demonios. Pues allí nos fundimos dos botellas tranquilamente. Llevabamos todos una turca que no nos aguantábamos de pié. Si ya no entendíamos a la japonesa cuando estaba sobria hablando inglés, mucho peor ebria. Ella casi se iba arrastrando por el suelo. Como ella vivía alejada del centro y todos nosotros nos alojábamos mas o menos en el mismo sitio, nos ofrecimos gentilmente a que se quedara a dormir con alguno de nosotros, porque no estaba en condiciones de llegar a su alojamiento (bueno, no se si os lo habéis creido, pero suena bien, no? ;-D). Así que finalmente la linda japonesita decidió venirse conmigo y allí pasamos los dos la turca hasta el dia siguiente. (y solo dormimos la mona eh, que quede claro…). Ahora, empieza la etapa mas interesante, pero eso ya, en próximos capítulos.
Salu2. Alex.
Después del desayuno amable de los Karen, emprendimos el camino de nuevo. Hoy tocaba caminar mas. Después de 3 horas, llegamos a otro poblado Karen donde habia una escuela. Y desde donde iban y venian los niños del poblado en el que habíamos dormido la noche anterior cada dia. Es decir, cada dia caminaban casi 3 horas de ida y otras tantas de vuelta para ir a la escuela. En fin, sin palabras…
Allí unos de los coreanos del grupo (bastante excéntrico, por cierto, aunque ya lo explicaré mas adelante), regaló balones de fútbol, lápices de colores, libretas, etc.. que había comprado previamente, a los niños de ese pueblo.
Seguimos caminando un par de horas y llegamos a tierra civilizada por primera vez en dos dias. Allí fuimos a un restaurante para comer (noodels y/o arroz, como siempre).
Al acabar nos llevaron en una pick-up por un camino serpenteante hasta nuestro siguiente destino: bamboo rafting. Pues eso, rafting con barcazas de bambú. No eran mas que 5 o 6 grandes troncos de bambú, atados entre si con un barquero que a su vez también llevaba un palo de bambú a modo de remo. Fue bastante divertido, nos pusimos todos de pié y en fila en la barcaza de bambú, el guia delante, y yo detrás con otro palo remando. El rio estaba bastante tranquilo, aunque pasamos algunos rápidos. El coreano excéntrico del grupo no hacía mas que bambolear la barcaza intentando que volcara. Aunque mas de una vez estuvimos a punto, finalmente fue él el que se cayo al agua, con las pertinentes risas, ya se veia venir, la verdad…
Después de eso, nos dejaron a todos en nuestros respectivos hoteles/guest-houses. Allí, en la vuelta al hotel en la pick-up, es donde conocería a Fabian, y a Aya, que ya formaría parte importante de mi aventura australiana las dos semanas siguientes.
Nos dimos el teléfono entre todos y quedé por la noche con Fabian y con Aya (que acababa de conocer en la furgoneta), y con el resto de mi grupo al dia siguiente por la noche.
Llegué al hotel sobre las 7 de la tarde, bastante destrozado de los 2 dias de trekking, pero habíamos quedado a las 9, así que me estiré en la cama media horita, duchita rápida y para el punto de encuentro.
A las 9 me pasó a buscar Fabian (un chico alemán) por mi guesthouse, porque estaba al lado de la suya, y juntos fuimos al centro de la ciudad, donde habíamos quedado con Aya.
Llegando al destino nos encontramos con Mickael (otro aleman) amigo de Fabián. Les dijo que le había fallado una cita y que si no nos importaba que viniera con nosotros. En ese momento también llegó Aya, nos presentamos entre todos y nos fuimos a cenar.
Empezamos a dar vuelta y nos encontramos casi todo cerrado, no entendíamos porqué, hasta que caímos que se celebraba el aniversario del rei, tema sagrado en Tailandia, y casi todo estaba cerrado. En ese momento empezaron unos fuegos artificiales y miles de globos de papel (no se como denominarlos), con una vela dentro, se alzaron al unísono, dejando un espectáculo amarillo precioso en la noche tailandesa. Nosotros hicimos lo propio para cumplir con la tradición en el dia del rey, compramos uno de esos globos, escribimos nuestros nombres en el, prendimos la vela, pedimos los deseos y lo lanzamos al aire, con la esperanza de que estos se cumplieran.
Mas tarde, encontramos un restaurante de los pocos que estaban abiertos, pedimos algo de cenar y empezamos a beber. Como era el aniversario del rey, nos regalaron unas gorritas muy monas de color amarillo, de esas tipo visera con un hueco en la cabeza, así que nosotros nos las pusimos en plan raper (ladeadas o para atrás), hasta que un camarero se cabreó con nosotros diciéndonos que le estábamos faltando el respeto al rey, y nos las tuvimos que quitar. Una de las cosas que nunca debes hacer en Tailandia es faltar el respeto al rey, ya nos lo dijeron anteriormente y aquí nos dimos cuenta.
En fin, pasado este trance, continuamos bebiendo, y bebiendo, y bebiendo… Era una especie de licor de arroz, como un whisky de arroz tailandés, bebida local, barato y mas fuerte que los demonios. Pues allí nos fundimos dos botellas tranquilamente. Llevabamos todos una turca que no nos aguantábamos de pié. Si ya no entendíamos a la japonesa cuando estaba sobria hablando inglés, mucho peor ebria. Ella casi se iba arrastrando por el suelo. Como ella vivía alejada del centro y todos nosotros nos alojábamos mas o menos en el mismo sitio, nos ofrecimos gentilmente a que se quedara a dormir con alguno de nosotros, porque no estaba en condiciones de llegar a su alojamiento (bueno, no se si os lo habéis creido, pero suena bien, no? ;-D). Así que finalmente la linda japonesita decidió venirse conmigo y allí pasamos los dos la turca hasta el dia siguiente. (y solo dormimos la mona eh, que quede claro…). Ahora, empieza la etapa mas interesante, pero eso ya, en próximos capítulos.
Salu2. Alex.
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