Cuando estás tan lejos de casa te das cuenta de muchas cosas. Te das cuenta, por ejemplo, de lo importante que es decir “te quiero” a seres queridos.
Cuando estás tan lejos de casa, todos los sentimientos se magnifican y, te das cuenta realmente de las personas que son importantes para ti, y que otras que creías importantes, no lo son tanto.
También me estoy dando cuenta en este viaje por el otro lado del mundo, que es muy importante adaptarse a las necesidades y gustos de cada uno. Alguien que tu crees tu amigo, porque sales con el a tomar unas copas, sen convierte en un nido de problemas cuando convives 24 horas con esa persona y no la conoces realmente bien. Y es así de claro, lo mismo me pasó con mi amigo Sergio, éramos buenos amigos, pero después de vivir juntos unos cuantos meses en Inglaterra, tuvimos nuestros roces y diferencias, aunque afortunadamente, ahora seguimos siendo grandes amigos.
Es como las parejas, a veces te adaptas perfectamente a una relación pensando que va a ser la definitiva, pero cuando convives junto a esa persona, descubres muchas cosas que desconocías y viceversa, por supuesto.
Por eso, creo que puedo presumir de tener pocos amigos, con todo lo que la palabra conlleva, y muchos conocidos. Mis amigos son los que no me fallarán, y con lo que puedo contar en cualquier situación. Porque, cuando aprecias a una persona, la quieres por sus virtudes y también por sus defectos. Hay una frase que lo define muy bien: “Un amigo es aquel que, aun conociendo tus defectos, te sigue queriendo” Eso lo dice todo, no?
Y en fin, que ya se que estoy filosófico, pero es que hoy me ha cogido el día así, me he levantado reflexionando y ahora mismo sigo en ello, escribiendo estas palabras desde un banco, frente a un precioso lago en NZ, el lugar y momento adecuados para reflexionar y escribir todo lo que siento.
Salu2. Alex.
1 comentario:
Jejeje, tot solucionat compi. Si arribes a venir tu, crec que encara ens estariem donant d'osties. Pero amb carinyo eh...
Publicar un comentario