17 de abril de 2007

Viaje a Praga - Parte 2 o el Dia del mafias colombiano -

Al dia siguiente nos despertamos sobre las 2 del mediodia. Nos arreglamos y nos fuimos a dar una vuelta por Malonstranská. Allí encontramos un restaurante a las 4:30 de la tarde, en donde no había nadie (supongo que por la hora principalmente) y comimos algo. Es allí cuando llamé a Ivan. Ivan es un chico checo-colombiano primo de otro colombiano que trabaja conmigo. El me pasó su número y me dijo que lo llamara y que nos enseñaria Praga. La intención era quedar por la noche con el para tomar algo, pero nos dijo para quedar en una hora. Así lo hicimos y nos pasó a buscar en coche. La primera imagen nos impactó un poco: un tipo con pinta de mafioso o narco colombiano, todo trajeado con una corbata verde lima que le daba el toque latino, gafas de sol tipo cobra, pelo repeinado hacia atrás, coche de lujo, etc… Empezamos a hablar con el y se veía un tipo majo. Nos preguntó que que tipo de turismo queriamos hacer, si museos, etc.. o fiestas, chicas, etc… Como podéis imaginar nos decantamos por el segundo. Así que en media hora ya estábamos en el primer local bebiendo. Hay que decir que con el empezamos a beber a las 6 de la tarde y acabamos a las 2 de la mañana. Luego ya seguimos la fiesta pero por nuestro lado. Primero nos llevó a un local típico, muy antiguo, como un sotano con unas mazmorras, luz tenue, tema medieval con armaduras y todo eso. El pidió todo por nosotros. Para empezar una cerveza chica típica. Mas tarde nos explicó que habían 5 niveles de bebida (chupitos/shooters) en la que dependiendo del nivel de graduación iba del 1 al 5. Nosotros empezamos en el primer nivel, un chupito de hierbas del cual ya no recuerdo el nombre. Mas tarde seguimos con la cerveza y el chupito de segundo nivel. Mas tarde, mas de lo mismo, llegó el chupito de tercer nivel. A todo esto, Ivan iba explicando aventurillas de sus años por Praga y sus viajes por todos los países del Este, muy interesante la verdad. Por cierto, nuestro próximo destino es Odessa, en Ucraina (no preguntéis porqué porfavor). Finalmente, nos quedamos en el tercer nivel. Al salir a la calle, y debido a las cervezas a los 3 niveles de chupito, y a la falta de luz que provocaba esa espécie de mazmorra, ya íbamos como el dia anterior, sólo que 6 horas antes. El tipo dijo que ya no podía conducir mas y que llamaba a su coger para que viniera a buscar el coche. Mientras esperábamos a su chofer, nos dijo que haríamos tiempo yendo a otro local, y como no, otro cubata cayó. Allí nos siguió explicando sus aventuras, que si conocía a todos los jugadores del Spartak de Praga, que si era muy amigo de este, del otro, etc… Finalmente salimos de allí y conocimos al chofer. Un músico cubano amigo suyo. Nos metimos todos en el coche y nos llevó a U Fleku. La taverna-cervecería mas antígua del mundo. Data de 1490. Allí adivinad que? Pues mas cerveza claro. En concreto la típica y artesanal de allí. Ellos elaboran su propia cerveza negra y hay que decir que es de las mejores que he probado nunca. Por allí iban pasando camareros con bandejas llenas de chupitos, y cayeron uno o 2 mas, ya no recuerdo de que “nivel” eran. Para bajar un poco ese descontrole beberil, cenamos un goulash, plato típico húngaro y checo, consistente en un guiso de ternera con pan. Considerando que no me gusta la ternera lo encontré delicioso. Después de eso nos sentimos bastante mejor, hacía falta. Luego, Ivan nos comentó que estabamos esperando a un amigo suyo chileno, y para eso, que mejor idea que pasarnos a otro sala del mismo local a beber… mas cerveza y chupitos. Allí cayó otro chupito y una o 2 cervezas mas mientras esperabamos al amigo. Ya con el allí, una pareja nos preguntó si se podían sentar en la mesa, y resultó que eran del país vasco. Y estuvieron bebiendo un rato con nosotros. Allí, Ivan nos regaló unos vasos de chupito de ese mítico local, un detallazo por su parte. Desde allí, y con el mismo nivel de ebriedad que antes del goulash, fuimos caminando a un club del que solo os diré el nombre “Jaguar”. Aquí ya empazamos a calar al tal Ivan y en que ambientes se solia mover. Podríamos decir que iba derrochando el dinero a tutti-plen. Al cabo de poco rato nos fuimos de ese local, afortunadamente, en el cual también cayó otro cubata y nos fuimos a buscar a 3 amigas de él. Aquí ya nos despedimos del chileno y buscamos un taxi para ir con Ivan a esta discoteca. Al llegar, localizamos a la susodicha y las amigas, y resulta que era su novia/amante (decir que su mujer estaba en casa esperándole). Nos presentamos y salimos de allí. Ivan dijo ahora que hacían un festival de música latina y que quería ir para allí. Lo que no sabía el era que en realidad se trataba del Congreso Internacional de Salsa de Praga. Si, ese al que me habian invitado 2 veces la pareja de Praga que conocí, una vez en Madrid, y la noche anterior en Praga. Así que yo estaba “mes content que un xinxol”, porque si no es por el, no creo que hubiera convencido a mis amigos para ir. A 100 metros de la entrada, teníamos que cruzar una calle y el amigo Ivan se pegó una santa hostia contra el suelo, intentado saltar una valla. Allí nos dimos cuenta de que teníamos bastante mas aguante que el… Pagamos la entrada religiosamente (por cierto, nos hizo pagar la entrada de las amigas también), y una vez arriba, yo me desaté en mi ambiente salsero y bailé con un par de chicas. Luego vimos unas exhibiciones de salsa, etc… Estaba completamente en mi rollo, bien feliz. A todo esto, fui a buscar a Lluc y Oscar que habían desaparecido. Donde creéis que habían ido? Pues si, a beber otro cubata… Al parecer conocieron a una chica de Ucraina, que estaba viviendo en Praga, y que hablaba catalán. Joder, que combinación mas extraña. Se rieron un buen rato con ella. Después nos encontramos a Ivan y sus amigas en el guardarropias, que no nos habian avisado de que se iban, y les dijimos que nos ibamos al hotel a ducharnos y cambiarnos de ropa y que luego quedaríamos con ellos. Nos fuimos al hotel pero ya no quedamos con ellos mas tarde. Yo por lo menos, ya tuve bastante colombiano por el momento. La cosa empezó muy bien invitándonos, pero luego nosotros tuvimos que pagar de todo y por todos por el morro que le echó al asunto. Después del hotel, Oscar casi se dormía y me costó convencerlo pero al final lo convencí (cosa que normalmente no logro), y nos fuimos a una discoteca que nos habían recomendado de 5 plantas con un ambiente diferente en cada una de ellas. Llegamos sobre las 3, pero no nos gustó demasiado. Todo turistas y gente muy joven, etc… No nos lo pasamos del todo bien, aunque tampoco mal… Allí, algún que otro cubata también cayó. La verdad, cuando lo pienso, no se como pudimos llegar a beber tanto desde las 6 de la tarde y aguantar de pie… Por todo eso y por el personaje colombiano que conocimos y sus aventuras, fue un dia que, seguro recordaremos mucho tiempo, aunque todavía quedaban dos dias y dos noches en Praga… Salu2. Alex.











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